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Evaluación

Según el Real Decreto 1105/2014, de 26 de diciembre, la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria será continúa, formativa e integradora. En el proceso de evaluación continua, cuando el progreso de un alumno o alumna no sea el adecuado, se establecerán medidas de refuerzo educativo. La evaluación de los aprendizajes de los alumnos y alumnas tendrá un carácter formativo y será un instrumento para la mejora tanto de los procesos de enseñanza como de los procesos de aprendizaje. Y por último, la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado deberá ser integradora, debiendo tenerse en cuenta desde todas y cada una de las asignaturas la consecución de los objetivos establecidos para la etapa y del desarrollo de las competencias correspondiente.

 

Además, los profesores evaluarán tanto los aprendizajes del alumnado como los procesos de enseñanza y su propia práctica docente, para lo que establecerán indicadores de logro en las programaciones didácticas.

 

Según esta normativa, se trata de una evaluación criterial, que se basa en el logro de objetivos y competencias clave y es la rúbrica el elemento más importante.

 

Según la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, la evaluación consiste en no ir a ciegas. La evaluación permite qué aprende el alumnado y como enseña el profesorado, y en función de eso, que debe de mantener y que se debe de modificar. La evaluación es mucho más que calificar, significa conocer, comprender, enjuiciar, tomar decisiones, y en definitiva transformar para mejorar. La finalidad última es mejorar la calidad de la educación.

 

La evaluación está formada por tres momentos. La evaluación final, donde se conocen y valoran los conocimientos previos del alumnado, la evaluación del proceso, donde se conoce y valora el trabajo del alumnado y el grado en que va alcanzando los objetivos previstos, y por último, la evaluación final, donde se conocen y valoran los resultados finales del proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

Independientemente del objeto a evaluar y de los criterios que se apliquen, la ejecución efectiva del proceso evaluador requiere la aplicación de una serie de técnicas e instrumentos. Las técnicas de evaluación responden a la cuestión “¿Cómo evaluar?” y se refieren a los modelos y procedimientos utilizados. Los instrumentos de evaluación responden a “¿Con qué evaluar?”, es decir, son los recursos específicos que se aplican. Como ejemplos de técnicas tenemos la observación, cuyos instrumentos que se pueden utilizar son la lista de control, la escala de estimación (categorías, numérica, descriptiva) o el registro anecdótico. Otro ejemplo de técnica, serían las pruebas, con la escala de estimación de respuestas orales, cuestionarios de respuestas escritas (ensayo, objetivas) o valoración de realizaciones prácticas como instrumentos de evaluación. La revisión de tareas sería otra posible técnica de evaluación a utilizar, cuyos instrumentos dentro de esta técnica serían los cuadernos de clase, informes o portfolios. Y por último, la entrevista como técnica de evaluación, que comprende el guion de entrevista como instrumento de evaluación.

 

Como elemento más importante en la evaluación, y que ya anteriormente hemos nombrado tenemos la rúbrica. Siguiendo a Blanco (2008)  las rúbricas empleadas en un proceso de evaluación continua pueden tener varias utilidades: clarificar los objetivos de aprendizaje y de la evaluación y mantenerlos vinculados con los contenidos y las actividades de la asignatura; comunicar a los estudiantes los resultados de aprendizaje esperados y clarificar las expectativas; proporcionarles información clara y específica sobre el trabajo realizado, identificando los logros y aspectos a mejorar; y, cuando son utilizadas por los mismos alumnos y alumnas, fomentar el desarrollo de competencias meta-cognitivas como la autorregulación del aprendizaje de los estudiantes. Por su parte, Stevens y Levi (2005) afirman que una de las vías para lograr una evaluación de mayor calidad, de carácter más cualitativo y procesual, es el empleo de rúbricas.

 

A continuación, se expone una rúbrica como ejemplo, con las siete competencias clave en Educación Secundaria Obligatoria, para cada competencia establecemos dos estándares de aprendizaje, que será lo que evaluaremos a través de gradaciones de calidad, o descripciones de desempeño de esos estándares.

 

 

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